Nota importante
Basándonos en el análisis de parámetros importantes como las regulaciones y restricciones planeadas, las posibilidades de viajar de nuestros artistas internacionales, la predisposición de nuestro público de venir a los conciertos, así como las condiciones logísticas, llegamos a la amarga pero clara decisión de dejar en suspenso todas las producciones del año 2020.
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La interpretación de la cantata ya no es posible,
pero a pesar de todo, haremos una retransmisión en directo.
¡Improvisación!
¿Qué papel juega la improvisación en la música clásica, especialmente en la música barroca y de Bach? ¿Qué significa realmente improvisar? ¿Qué sucede durante la improvisación? ¿Se puede aprender? Rudolf Lutz explica e interpreta.
Programa
18:45
Introducción con Rudolf Lutz y Xoán Castiñeira
19:00 – 20:00
Conferencia concierto sobre improvisación con Rudolf Lutz (teclado y órgano)
Lugar
Lugares del concierto
Stein (AR) // Evangelische Kirche
Kantatentext
BWV 183 «Sie werden euch in den Bann tun»
1. Rezitativ ‒ Bass
«Sie werden euch in den Bann tun, es kömmt aber die Zeit, daß, wer euch tötet, wird meinen, er tue Gott einen Dienst daran.»
2. Arie ‒ Tenor
Ich fürchte nicht des Todes Schrecken,
ich scheue ganz kein Ungemach.
Denn Jesus’ Schutzarm wird mich decken,
ich folge gern und willig nach;
wollt ihr nicht meines Lebens schonen
und glaubt, Gott einen Dienst zu tun,
er soll euch selben noch belohnen,
wohlan, es mag dabei beruhn.
3. Rezitativ ‒ Alt
Ich bin bereit, mein Blut und armes Leben
vor dich, mein Heiland, hinzugeben,
mein ganzer Mensch soll dir gewidmet sein;
ich tröste mich, dein Geist wird bei mir stehen,
gesetzt, es sollte mir vielleicht zu viel geschehen.
4. Arie ‒ Sopran
Höchster Tröster, Heilger Geist,
der du mir die Wege weist,
darauf ich wandeln soll,
hilf meine Schwachheit mit vertreten,
denn von mir selber kann ich nicht beten,
ich weiß, du sorgest vor mein Wohl!
5. Choral
Du bist ein Geist, der lehret,
wie man recht beten soll;
dein Beten wird erhöret,
dein Singen klinget wohl.
Es steigt zum Himmel an,
es steigt und läßt nicht abe,
bis der geholfen habe,
der allein helfen kann.
Rudolf Lutz
Rudolf Lutz no sólo está considerado en el mundo de la música ser un pedagogo elocuente, capaz de explicar contextos compositivos complejos de manera vívida, sino que también es uno de los improvisadores más solicitados en todo el mundo. Dará su explicación en inglés para hacer justicia a nuestra amplia comunidad en internet.
Órgano Kuhn
La iglesia de Stein AR tiene un instrumento muy valioso construido por Orgelbau Kuhn AG en 1985. Allí, nos gusta hacer ofrecer recitales de órgano, y muchos visitantes de los "Appenzeller Bachtage" conocen la hermosa iglesia gracias al "Singen in der Früh", el popular programa de canto en grupo de nuestro pequeño festival en agosto.
Cantatas de la Fundación J.S. Bach
Nuestros conciertos de las cantatas de Bach se pospondrán hasta el final de la crisis del coronavirus. Esperamos reanudar nuestras actividades en enero de 2021.
Resumen de la introducción al concierto de improvisación de Rudolf Lutz
Como vemos, este programa no trata de una obra ya compuesta, sino más bien de música que se "compone" al momento. Se trata del arte de la improvisación. Pero, ¿qué es la improvisación? ¿Se puede aprender? ¿Qué pasa por la cabeza de un artista cuando improvisa?
El hecho es que no todos los músicos, sean músicos profesionales o no, pueden realmente improvisar. Es un fenómeno típico de nuestro tiempo el hecho de que la interpretación musical se centre en la reproducción de notas escritas, es decir, de composiciones. La tarea de los intérpretes es traducir el mensaje del compositor con la ayuda de un texto musical fijo. Sin embargo, existen algunas áreas donde el arte de la improvisación sigue vivo, en primer lugar el jazz y, sin duda, la música eclesiástica. Y muy lentamente van apareciendo en las academias de música cursos específicos dedicados a la improvisación, no sólo en la escena de la música antigua. Pero en la vida concertística actual predomina claramente el enfoque interpretativo basado en la notación.
El hecho de que nos centremos principalmente en las notas escritas no tiene por qué ser erróneo en sí mismo, pero no está en absoluto en consonancia con la práctica y la creación musical cotidiana de los compositores cuyas partituras deseamos reproducir tan cuidadosamente. Como antiguo pianista, pienso por supuesto en los grandes compositors románticos: Chopin, Schumann, Liszt. ¿Tocaron alguna vez una obra propia tal y como la habían escrito ellos mismos? No, de hecho la «componían» de nuevo con cada actuación. Una analogía: Estos compositores contaban sus historias sonoras en lugar de leerlas en voz alta porque dominaban el lenguaje musical – la armonía, el contrapunto, etc. – de tal forma que eran capaces de producir no sólo palabras u oraciones, sino capítulos enteros y complejos en un breve instante. Hay además muchos indicios de que existen ciertos bloques de construcción en la cabeza del músico improvisador, los cuales pueden ser combinados en milisegundos para que de ellos surjan frases musicales coherentes, estructuradas de forma retóricamente comprensible. Estas estructuras son audibles al igual que las estructuras de la música compuesta.
Quedémonos brevemente en la conexión entre la música y el lenguaje, o entre la música y la retórica. Ya en la Antigüedad, tanto la música como la retórica pertenecían a las siete artes liberales. El objetivo de la retórica era convencer de algo a las personas a las que se dirigía ("persuasio"), entre otras cosas, despertando sus pasiones ("movere"). Y la música tenía la intención de conmover a los oyentes, de ponerlos en diferentes estados de ánimo (los así llamados) afectos. Hablaremos mucho de los afectos esta noche.
En los siglos XVIII y XIX, los concursos de improvisación, ya fueran públicos o privados, eran habituales. ¿Qué gran compositor no participó en ellos? ¿Beethoven y Mozart? Por supuesto. Me puedo incluso imaginar que las cadencias de los conciertos para piano de Beethoven y Mozart, por ejemplo, ofrecían al intérprete una oportunidad ideal para demostrar sus respectivas habilidades.
¿Y Bach? Sus tremendas habilidades para la improvisación son bien conocidas. Por cierto, los ojos y oídos educados musicalmente también reconocen en sus composiciones cuán capaz debió de ser el Thomaskantor para improvisar.
Dos ejemplos. Bach viajó a Potsdam, donde su hijo Carl Philipp Emanuel trabajaba como músico de la corte, en 1747 por invitación de Federico el Grande. Aparentemente el rey Federico tocó un tema en el fortepiano y le pidió a Bach que improvisara una fuga sobre ese tema (volveremos a hablar del tema «fuga» más tarde). Entonces, Bach improvisó una fuga a tres voces que inspiró profundamente al rey. A continuación, el rey le preguntó a Bach si no podría hacer una fuga a seis voces. Llegados a ese punto, Bach le prometió que "pondría el tema sobre el papel en una fuga apropiada, y luego lo haría grabar en cobre". De aquí es de surgió la «Ofrenda musical».
Otro ejemplo es la visita de Bach a Hamburgo en 1720, durante la cual hizo una audición con Johann Adam Reincken en St. Jacobi. Reincken era un destacado organista e improvisador que entonces tenía ya casi cien años. Se dice que Reincken exclamó después de media hora de improvisaciones: «Creí que este arte había muerto, pero veo que aún vive en usted.» La admiración que Bach profesaba a Reincken la atestigua la caminata que Bach hizo desde Lüneburg a Hamburgo 19 años antes, en 1701, cuando quiso oír tocar a Reincken. Una caminata de más de 50 kilómetros.
¡Y ahora queremos escuchar tocar a Ruedi!
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